Urbanismo protege 480 edificios para preservar la arquitectura tradicional

Publicado en:
25 de septiembre de 2011.

La Gerencia de Urbanismo prevé proteger 480 inmuebles de los barrios y pueblos de La Laguna. Busca preservar las muestras más valiosas de la arquitectura tradicional que atesora el municipio. En la mayoría de los casos se trata de viviendas, muchas situadas en entornos rurales. Pero en la lista, que será incluida en el Plan General de Ordenación en trámites, también aparecen edificaciones de diversa índole como la destilería y el antiguo cine de Tejina, la ermita de Gracia, el Calvario de Valle de Guerra, el cementerio de San Juan, la Casa Hardisson y la torre de la vieja azufrera de Taco. 

Aunque los inmuebles tienen distintos entornos, estilos y antigüedad, han sido seleccionados por representar fielmente la forma de vida y los hábitos de sus moradores, los laguneros, a lo largo de los últimos tres siglos.
Según explican los técnicos en el documento, estas propiedades enseñan la respuesta que dio en su día la arquitectura a las necesidades sociales, territoriales y productivas que planteó la población. Con esa premisa, las casas han sido agrupadas dentro de siete tipos arquitectónicos: casa terrera, terrera rural, casa alta o sobrada, racionalista, casa-granero, hacienda rural y chalé. 

Así se explica, por ejemplo, que la mayoría de los agricultores, artesanos y ganaderos de Aguere que compraron un hogar entre 1850 y 1930 habitaron en casas terreras. Multitud de ellas están en el centro histórico. De hecho, son una parte sustancia de las más de 600 propiedades que están protegidas por el Plan Especial de Protección del casco. Este nuevo catálogo se encarga ahora de defender a las que están en Tejina, Bajamar, Valle de Guerra y Los Baldíos. 

Las casas terreras también se construyeron en grandes parcelas rurales. Su fisonomía es igual a las de la ciudad y cuentan con patio y huerta. Pertenecieron generalmente a agricultores, que en un principio fueron aparceros y que más tarde pudieron convertirse en dueños a cambio de su trabajo. 

El documento rescata ejemplos de este tipo de edificios en Anaga, Tejina, Guamasa, Las Mercedes, La Vega Lagunera, Los Rodeos, Geneto y La Cuesta. Asimismo, en Punta del Hidalgo queda catalogada la Finca Los Dragos, uno de los pocos ejemplos de vivienda rural dentro del núcleo urbano. Por su ubicación, el inmueble aporta gran riqueza arquitectónica al paisaje. 

En el catálogo se apunta también que las viviendas sobradas tienen hasta tres plantas y forma cuadrangular. Solían estar habitadas por los terratenientes. Se han incluido en la lista algunas de Guamasa, Tejina e incluso otras del casco histórico. 

La pujanza del cultivo de cereales en el siglo XVIII trajo aparejada una variante arquitectónica de las casas sobradas: las casas granero. Urbanismo pretende preservar más de 30 repartidas por todo el término municipal.

También vinculadas con la actividad agrícola, pero íntimamente ligadas a las grandes familias laguneras, aparecen las casas de hacienda. Solían ser segunda residencia y se asentaban sobre grandes fincas rurales. Lamentablemente, la mayoría de las que continúan en pie están abandonadas o en un pésimo estado de conservación. Urbanismo protege algunas ruinosas y otras que aún brillan como antaño en la zona de Valle de Guerra. 

Con la llegada del siglo XX, grandes arquitectos comienzan a construir chales. El gusto por este tipo de vivienda está influenciado por los británicos que residen en la Isla. Los primeros aparecen en el casco y pertenecen a familias acomodadas de la capital que los utilizan para veranear. Muy rápido se replican por todo Aguere hasta convertirse "en una de las edificaciones más representativas de La Laguna".
Los edificios más contemporáneos del catálogo son los racionalistas. Corresponden a la segunda mitad del siglo XX y han sido diseñados por "excelentes arquitectos canarios que demuestran de forma irrefutable que se puede seguir haciendo ciudad con calidad y respeto", pregona el documento. Dentro de este grupo resaltan las viviendas del Camino Largo del arquitecto Rubens Henríquez, que han recibido premios internacionales. 

Por último, bajo el epígrafe de edificación singular se protegen inmuebles variopintos como el campus central de la Universidad de La Laguna, el molino de Taco y un camino de valor etnográfico en el macizo de Anaga.

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