30 de octubre de 2011.
El 13 de noviembre de 2009 cambió para siempre la vida de Francisco Javier Galván y de Yésica Aguilar, una joven pareja de Valle de Guerra que vio cómo aquel día nacía su hijo Alexander. Un niño que, pese a que nada lo hacía presagiar (no existían antecedentes familiares y las pruebas durante el embarazo no detectaron nada), nació con treinta grados de desviación en su columna (una escoliosis severa) y con una afección por miopatía, una enfermedad de tipo muscular.
Luchadores y orgullosos de su hijo, desde aquel preciso instante Francisco Javier y Yésica no han cejado en su empeño de intentar mejorar la calidad de vida del pequeño, pese a que desde el primer momento los médicos les dijeron que no sobreviviría mucho tiempo. "Ha sido muy duro escuchar cómo hasta en tres ocasiones nos han dicho que pidamos ayuda psicológica porque Alexander no iba a salir adelante", dice Yésica, cuya juventud no le impide irradiar fuerza de voluntad por los cuatro costados.
No le daban más de seis meses de vida y pronto cumplirá dos años. Eso sí, su escoliosis se ha ido agravando con el tiempo y ya alcanza los 90 grados de desviación. Por ello, sus padres no paran: enviarán un estudio molecular a Francia, han viajado al hospital San Juan de Dios de Barcelona en varias ocasiones e, incluso, han contactado con un cirujano estadounidense que podría iniciar un nuevo tratamiento.
Sin embargo, forman una familia con recursos limitados y todo es muy costoso. "Solo el cojín ortopédico que lleva en su sillita cuesta 800 euros", se queja Francisco Javier. Por ello, hacen un llamamiento a cualquiera que pueda ayudarles y, de hecho, Francisco Javier está ideando la realización de algún tipo de evento recaudatorio, si consigue la implicación de la administración o de algún promotor privado.
De hecho, Alexander ya fue el protagonista en las navidades del año pasado de un partido de fútbol benéfico entre futbolistas y luchadores tinerfeños que se unieron para apoyar la causa del pequeño de Valle de Guerra. Aquel encuentro, que tuvo lugar en el campo de fútbol Gregorio Dorta, consiguió aunar en el mismo evento al luchador Pedrito González y al futbolista David Dorta y con él se llegaron a recaudar 5.000 euros.
Sin embargo, y por desgracia, la lucha de Alexander no ha llegado a su fin y sus padres ya contemplan varias posibilidades para mejorar su situación que pasarían por costosas operaciones y postoperatorios. "Nos han dicho que una posibilidad puede ser colocarle una especie de aro alrededor de la cabeza que iría clavado a la primera base del cráneo para prepararle para, pasado algún tiempo, ponerle un corsé de tracción", explica Francisco Javier.
A lo delicado de la intervención se suma que, por ejemplo, solo el citado aro necesita una inversión que supera los 3.000 euros. De esta forma, se ha habilitado una cuenta bancaria, cuyo titular es Alexander, para recaudar los fondos necesarios que posibiliten ayudar a la familia a curar al pequeño. A través de la cuenta de CajaCanarias 2065 0080 93 1401010200, todos aquellos que lo deseen pueden poner un grano de arena para la posible mejora de Alexander.
"Lo primero que hay que hacer, nos han explicado, es corregir la grave escoliosis que tiene el niño, que llega al 90 por ciento. Para eso le podrían poner un corsé, pero todo depende de cómo responda y de si es capaz de soportarlo, porque la enfermedad también le ocasiona problemas respiratorios", afirmó el padre.
Además, el niño tiene diagnosticado un grado de minusvalía permanente del 67%, tanto física, como sensorial y psicológica. Por este motivo y para ayudar a mejorar la salud del pequeño Alexander Galván, no dejan de tocar en cualquier puerta que les pueda facilitar la financiación de su costoso tratamiento, desde asociaciones de vecinos hasta administraciones públicas. Con las esperanzas puestas en un futuro evento solidario, esta familia de luchadores ya ha conseguido lo que, quizás, sea lo más difícil: que Alexander sepa que cuenta con unos padres que harán cualquier cosa por él.
El 13 de noviembre de 2009 cambió para siempre la vida de Francisco Javier Galván y de Yésica Aguilar, una joven pareja de Valle de Guerra que vio cómo aquel día nacía su hijo Alexander. Un niño que, pese a que nada lo hacía presagiar (no existían antecedentes familiares y las pruebas durante el embarazo no detectaron nada), nació con treinta grados de desviación en su columna (una escoliosis severa) y con una afección por miopatía, una enfermedad de tipo muscular.
Luchadores y orgullosos de su hijo, desde aquel preciso instante Francisco Javier y Yésica no han cejado en su empeño de intentar mejorar la calidad de vida del pequeño, pese a que desde el primer momento los médicos les dijeron que no sobreviviría mucho tiempo. "Ha sido muy duro escuchar cómo hasta en tres ocasiones nos han dicho que pidamos ayuda psicológica porque Alexander no iba a salir adelante", dice Yésica, cuya juventud no le impide irradiar fuerza de voluntad por los cuatro costados.
No le daban más de seis meses de vida y pronto cumplirá dos años. Eso sí, su escoliosis se ha ido agravando con el tiempo y ya alcanza los 90 grados de desviación. Por ello, sus padres no paran: enviarán un estudio molecular a Francia, han viajado al hospital San Juan de Dios de Barcelona en varias ocasiones e, incluso, han contactado con un cirujano estadounidense que podría iniciar un nuevo tratamiento.
Sin embargo, forman una familia con recursos limitados y todo es muy costoso. "Solo el cojín ortopédico que lleva en su sillita cuesta 800 euros", se queja Francisco Javier. Por ello, hacen un llamamiento a cualquiera que pueda ayudarles y, de hecho, Francisco Javier está ideando la realización de algún tipo de evento recaudatorio, si consigue la implicación de la administración o de algún promotor privado.
De hecho, Alexander ya fue el protagonista en las navidades del año pasado de un partido de fútbol benéfico entre futbolistas y luchadores tinerfeños que se unieron para apoyar la causa del pequeño de Valle de Guerra. Aquel encuentro, que tuvo lugar en el campo de fútbol Gregorio Dorta, consiguió aunar en el mismo evento al luchador Pedrito González y al futbolista David Dorta y con él se llegaron a recaudar 5.000 euros.
Sin embargo, y por desgracia, la lucha de Alexander no ha llegado a su fin y sus padres ya contemplan varias posibilidades para mejorar su situación que pasarían por costosas operaciones y postoperatorios. "Nos han dicho que una posibilidad puede ser colocarle una especie de aro alrededor de la cabeza que iría clavado a la primera base del cráneo para prepararle para, pasado algún tiempo, ponerle un corsé de tracción", explica Francisco Javier.
A lo delicado de la intervención se suma que, por ejemplo, solo el citado aro necesita una inversión que supera los 3.000 euros. De esta forma, se ha habilitado una cuenta bancaria, cuyo titular es Alexander, para recaudar los fondos necesarios que posibiliten ayudar a la familia a curar al pequeño. A través de la cuenta de CajaCanarias 2065 0080 93 1401010200, todos aquellos que lo deseen pueden poner un grano de arena para la posible mejora de Alexander.
"Lo primero que hay que hacer, nos han explicado, es corregir la grave escoliosis que tiene el niño, que llega al 90 por ciento. Para eso le podrían poner un corsé, pero todo depende de cómo responda y de si es capaz de soportarlo, porque la enfermedad también le ocasiona problemas respiratorios", afirmó el padre.
Además, el niño tiene diagnosticado un grado de minusvalía permanente del 67%, tanto física, como sensorial y psicológica. Por este motivo y para ayudar a mejorar la salud del pequeño Alexander Galván, no dejan de tocar en cualquier puerta que les pueda facilitar la financiación de su costoso tratamiento, desde asociaciones de vecinos hasta administraciones públicas. Con las esperanzas puestas en un futuro evento solidario, esta familia de luchadores ya ha conseguido lo que, quizás, sea lo más difícil: que Alexander sepa que cuenta con unos padres que harán cualquier cosa por él.
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